No con cualquiera encontras la piel,
Y con esto me refiero a la suma de todas las cosas que nos llevan a sentirnos en una vulnerabilidad de sentidos inexplicable.
Un roce, el olor del cuerpo del otro, un beso en la frente, una caricia que seduce a la antesala de lo que vendrá después.
La habitación en llamas, el aire acondicionado prendido en 17 grados, cuando afuera hacen apenas 11.
Un tetris mágico de emociones.
La entrada al sueño profundo, claramente
Después de tocarnos la piel.
Me volví fanática de esas manos que no piden permiso, de esas mortales mordidas en mi espalda, de esa boca que juega a darlo todo.
Tengo el agrado de cerrar los ojos y revivirte ahí una y otra vez.
Hasta que vuelva a ser real.
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