Tenemos miedo de mostrar amor,
entonces,
mostramos paredes,
nuestra emoción tiende a recorrer
el mismo camino por el cual paso
varias veces y sufrió dolor,
es igual que arriesgarse,
me recorre el cuerpo
la sensación de abismo,
entonces vuelvo a pasar
por el mismo camino una y otra vez,
quizá sea tiempo de aprender
a construir otros surcos,
incorporando la valentía
que propone la incertidumbre
de un nuevo viaje,
para crear memorias nuevas,
expansivas,
entendiendo que no hay dolor
que sea para siempre,
que la herida puede ser trampolín
para recorrer caminos nuevos
En el medio del desierto vamos a darle rienda libre
al corazon,
porque no existe el control, solo existe la entrega.
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