Flechazo.

 El amor duele, siempre.

Y a nivel global. Desde que nacemos nos duele amar y que nos amen, en menor o mayor medida. A los fríos, tibios y a los que lo viven con toda la pasión.

El primer amor es materno, de quien nos da calor, contención y cuidados intensos. De espaldas siempre esta la figura paterna, quien brinda esos momentos de apego,juegos y sonrisas sin limites y es un gran ángel de la guarda las 24hs.

Después el del Jardín, esos momentos compartidos con algún compañero de aventuras a quien idealizamos y reflejamos como una proyección del amor en casa, de lo que se ve en la tv o en la calle. Algunos quizás enamoran de la "seño", esa que esta siempre conteniendo y adaptando días de berrinches sin fin y momentos de aprendizaje infinitos. 

Y luego viene ese flechazo mandado por Cupido en la plena adolescencia, que es el que creemos definitivo, el amor para toda la vida, ese que con un mensaje o una mirada nos derrite y engaña silenciosamente haciéndonos entrar en la primer relación de amor-odio de nuestra vida. Con momentos de pura idolatría y con otros llenos de rencor y hastió. Es ese que no se olvida nunca, por mas que vengan mil amores mas a llenarnos de vida el corazon.

Un corazon al que ya le falta un pedacito de esa vez que nos traicionan, de esa primera vez. Una de las tantas que después vendrán.

Pero si hay algo que podemos hacer, es destacar lo que nos dejaron como lección. 

Puede ser unos buenos recuerdos o simplemente el como decidimos salir de esa relación. 

Y lo que nos marco haber tomado la decisión de decir "esto no es lo que quiero para mi" y "esto es lo que no me gusta".

Así, sin lugar a replica.

Dejando al otro pensando o no.

Dicen que en el amor y la guerra todo vale.

Pero yo creo mas que el amor da mucha revancha y que vale siempre la pena volver a confiar en el. 

   


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