Hay un montón de objetos que cuando se rompen es casi instintivo para nosotros los humanos,poder repararlos y que sigan cumpliendo su función.
Pero, siempre tengo un pero guardado bajo la manga...
La decepción, es ese sentimiento tan espantoso que ni pegandolo con "El púlpito máxima seguridad" podemos arreglar.
Menos intentando poner curitas, vendas, cremas cicatrizantes para ir tapando esos baches que quedan, tipo grietas que en una de esas quizás cierran y todo parece volver a la normalidad.
Hoy me toca ser el botiquín entero, precisamente listo para cualquier tipo de accidente y contra todo riesgo, capaz que era hora de usar y sacar todo lo que estaba próximo a vencer.
Y terminar sanando de una buena vez por todas hasta la última cascarita.
14:41
(Otra vez).
Comentarios
Publicar un comentario