Todavia creo en la transparencia del dialogo sincero y en la mirada respetuosa de quienes intercambian su alma,sabiendo que del otro lado tambien hay otra alma con su propia vivencia.
Entender con el corazon, que cada cual, hizo lo que pudo con su vida, lo que le salio,su proceso y sus elecciones.
Todos somos merecedores de una buena vida, de ser valiosos por nuestro camino, de que el amor de nuestras personas amadas sea respetuoso y sincero y de poder regalar lo mismo.
Todavía creo que hay cosas que se pueden quebrar para dejar salir otras. Todavía creo que es necesario abrir ciertas llagas para que después puedan cicatrizar. Todavía creo en el poder de desenterrar dolores enquistados de mucho tiempo, muchos años.
Liberar el alma y así, invitar a hacerlo a los demás.
Me pregunto cuantas personas estando cerca, desearían contar su historia y recibir un abrazo. Desearían poder hablar de eso que no hablaron nunca pero les hace ruido en el alma.
Todavía creo que el dialogo es construcción y sanación, que deberías ser siempre un oído que escucha de verdad y no para responder, simplemente que deberíamos ser unos brazos que siempre puedan abrazar aunque no entiendan, unos ojos que siempre puedan ver el alma del otro, hasta donde nos deje entrar.
El tiempo vuela, y lo que no se dice en este paso por la tierra, no se puede decir nunca mas.
La confianza es un regalo invaluable y las palabras son un puente que nos unen con los demás. Puentes que van formando el mapa de nuestra vida, un mapa que todavía falta completar.
Puentes maravillosos, que nos invitan a conocer otros mundos, que nos enseñan a tratar con cuidado, todo lo que nos pertenece.
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